Sobre mí

Algunas reflexiones. Mi trayectoria profesional

Algunas reflexiones


La naturaleza es mi motor y mi modelo en la búsqueda de una pintura silenciosa e íntima que es la que trato de hacer.

Desde hace ya varios años vengo trabajando con la técnica del pastel buscando, dentro de una pintura figurativa, no la estricta realidad de los paisajes o bodegones, sino las sensaciones más íntimas que percibo de ellos.

Y esas sensaciones las encuentro siempre en la naturaleza y en sus inagotables composiciones, imperturbables y silenciosas, pero siempre nuevas y sorprendentes.


Posiblemente lo que más me mueve a pintar es una imperiosa necesidad emocional. Sin más explicación que el simple hecho de que en la pintura encuentro ese espacio donde que me proporciona algo de respuesta a las preguntas que todos nos formulamos sobre nuestra existencia. 

Me mueve la fascinación de las distintas manifestaciones de la naturaleza. Me apasiona encontrar de pronto la belleza que se esconde en unas simples ramas, en un pequeño arbusto, en una viña olvidada, en unos olvidados frutos de un árbol, en una enredadera, en el camino de un bosque, en la explosión de colorido de las hojas casi secas de las viñas, en los árboles solitarios y silenciosos...

La pintura a pastel que yo hago es, a veces, minuciosa y lenta. Se parece, en cierta manera, a esa imperturbable serenidad que desprendían aquellas estatuas.

La naturaleza es para mí también así, imperturbable y cíclica, siempre cambiante para permanecer siempre igual.

Y me gusta esa serenidad, en medio de este mundo que se mueve tan rápido.

Parece algo contradictorio trabajar así cuando a tu alrededor percibes tanta agitación pero para mí pintar es encontrarse a uno mismo. Por eso el carácter de la pintura tiende a reflejar lo que uno es y lo que uno busca. ante todo ello me siento que existo y lo deseo atrapar de algún modo, sentirlo más.


Trayectoria profesional

Arquitecto de profesión y Catedrático de Bachillerato de Dibujo he mantenido durante toda mi vida profesional mi afición por el dibujo y la pintura pero en especial por la técnica del pastel que desde principios de los años noventa me empieza a apasionar.

Pero sólo hasta el año 2013 no logro la dedicación exclusiva a la pintura al pastel.

Desde los primeros años como estudiante de arquitectura ya sentí una intensa atracción por aquellas estatuas realizadas al carbón. Entonces no sabía que hasta varios años más tarde no volvería a encontrarme con esa misma atracción de pintar con los dedos hundiendo el color en el papel disolviéndose en esas atmósferas tan delicadas.


1980 Arquitecto Superior por la E.T.S.A.M. de Madrid en 1980. Especialidad en Edificación.

1981-1982 Jefe de la Sección de Arquitectura y Vivienda en la Delegación del MOPU en Castellón de la Plana

1983 Profesor Agregado de Bachillerato del Ministerio de Educación y Ciencia en la especialidad de Dibujo1986 Exposición colectiva en Cartagena de Profesores de Dibujo

1992 Seleccionado para el XIII Premio Gregorio Prieto de Dibujo

1993 Taller de Grabado en Madrid con Gerardo Aparicio

1995 Taller de Grabado en Madrid con Gerardo Aparicio

2000 Taller y exposición de grabados en el Centro Cultural Nicolás Salmerón de Madrid

1996 Catedrático de Dibujo de la Comunidad Autónoma de Madrid.

1995-2000 Profesor de Dibujo en la Especialidad de Diseño Gráfico en la Escuela de Artes Gráficas del IFP "Islas Filipinas de Madrid

2000 Profesor de las materias de Dibujo Artístico, Técnicas de Expresión Gráfico Plástica y Fundamentos de Diseño de la modalidad del Bachillerato de Artes en el IES Manuel de Falla de Coslada -Madrid-.

2007 Jefe del Departamento de Dibujo en el anterior Instituto.

2010 Accésit en I Premio Camino de Santiago

2011 Seleccionado con dos obras en el Concurso III Premio de Frias

2018 Exposición individual en la Galería Francisco Duayer de Madrid

2019 Exposición individual en el Centro Cultural Fuente del Berro

2020 Exposición individual en la Sala del Consulado del Mar en Burgos

2021 Exposición colectiva Homenaje a Juan Echevarría en Pampliega

2022 Medalla de Pintura Joaquín Sorolla y Bastida en el 89 Salón de Otoño

Comentarios a las obras 

Cuando comencé a pintar al pastel, apartando el óleo y, algo menos la acuarela, fue el año 1992. Fue a raíz de la gran exposición que el MNCARS - Museo Nacional Centro de Arte Reína Sofía de Madrid- dedicó a Carmen Laffón cuando pude disfrutar del poder y la magia que tenía el polvo del pastel. Y del silencio que transmitían sus bodegones. Es la exposición que más veces he visto en mi vida. Volví muchas veces. Fue entonces cuando me empecé a obsesionar con la técnica del medio y con el silencio que me transmite siempre la naturaleza.

Y comencé a pintar en 1992 mis primeros bodegones. Luego siguieron otros que  muchas veces eran simples ramas cortadas, arbustos o algunos frutos silvestres. 

En ocasiones los cortaba y los colocaba encima de una mesa. Los dibujaba primero en un rápido apunte sobre la mesa. A veces se marchitan muy deprisa las hojas y flores de especies muy delicadas. Eso es muy emocionante.

No recuerdo quién escribió esto hace ya algunos años pero lo guardé porque explicaba muy bien lo que yo sentía :

"Pero el día en que alguien cortó unas flores de un rosal silvestre, o las que vio a un lado de un camino, sin nombre, ingenuas, humildes, y las puso en un vaso con agua, sobre una mesa (o en el suelo, en una jarra, porque eran tan pobres que no tenían ni jarrones ni dónde ponerlas, como nos contó un día Ramón Gaya de su propia casa, en Murcia, país de las flores), algo importantísimo estaba sucediendo en la historia de las civilizaciones, algo profundo había cambiado en el alma humana, algo a lo que esta ya nunca renunciaría. Las flores trajeron a nuestras casas no sólo la naturaleza, sino un modo de estar que era desconocido hasta entonces. Con flores en la casa todo se silencia, el tono de las conversaciones se reposa, la vida se apacigua. ¿Quién, consciente, gritaría con unas rosas como testigo? Si a las flores se les habla mientras siguen unidas a su planta, arbusto o rama, a las que están en un jarrón o en un vaso con agua se les escucha, porque sentimos que nos están diciendo algo".

En mi caso estos bodegones son muchas veces simples ramas cortadas, arbustos o algunos frutos silvestres. En ocasiones los corto y los dibujo primero sobre la mesa. Rápidamente. A veces se marchitan muy deprisa.

No recuerdo quién escribió esto hace ya algunos años pero lo guardé porque explicaba muy bien lo que yo sentía :

"Pero el día en que alguien cortó unas flores de un rosal silvestre, o las que vio a un lado de un camino, sin nombre, ingenuas, humildes, y las puso en un vaso con agua, sobre una mesa (o en el suelo, en una jarra, porque eran tan pobres que no tenían ni jarrones ni dónde ponerlas, como nos contó un día Ramón Gaya de su propia casa, en Murcia, país de las flores), algo importantísimo estaba sucediendo en la historia de las civilizaciones, algo profundo había cambiado en el alma humana, algo a lo que esta ya nunca renunciaría. Las flores trajeron a nuestras casas no sólo la naturaleza, sino un modo de estar que era desconocido hasta entonces. Con flores en la casa todo se silencia, el tono de las conversaciones se reposa, la vida se apacigua. ¿Quién, consciente, gritaría con unas rosas como testigo? Si a las flores se les habla mientras siguen unidas a su planta, arbusto o rama, a las que están en un jarrón o en un vaso con agua se les escucha, porque sentimos que nos están diciendo algo".

Las flores del pintor no son exactamente las que tenemos en nuestras casas. Esas flores siempre acaban marchitándose. Las flores de una pintura, siempre están vivas, ellas estarán eternamente vivas. El pintor hace que las flores parezcan más vivas y jugosas de lo que realmente están porque las flores son la metáfora por excelencia de la vida, de la brevedad de la vida, de lo que pese a su belleza no logrará vencer la muerte.

Con el paisaje me pasa que pienso más en las sensaciones que me produce el misterio de sus colores, formas y, también su silencio. La atmósfera creada en las composiciones y formas abstractas es lo que más me emociona y por ello trato de acercarme al paisaje con un sentido abstracto sintiendo sus formas, sus líneas, su composición, sus texturas, su color, sus contrastes... ajeno a sus valores simbólicos.

A veces cuando pinto las formas arbóreas me siento como un pintor abstracto. En las formas de los árboles no veo más que manchas y color. Formas y colores. Es esa forma de contemplar la naturaleza lo que más me gusta. Te hace sentir libre. Igual que ella.

Las flores expresan diferencias según sean de en un jardín o estén recogidas en un jarrón. Pero aunque sean las mismas flores se comportan de manera diferente. . Al reunirlas, al apretarlas en un ramo, esas flores que estaban cada una de ellas en lugares diferentes y aun distantes entre sí, se diría que empiezan un coloquio interminable.

Las flores nos recuerdan a todos que la vida no empieza ni acaba en nosotros, que nos iremos, y siempre se repetirá el rito de unas rosas cortadas por un pintor para ser pintadas una y otra vez pasen los años que pasen.

Y sentir esa pequeña emoción de reunir algo tan delicado y Hay flores y pequeños ramos de hojas que al colocarlas en un humilde vaso las transformamos y elevamos en su rango y belleza.

Algo parecido ya hizo Van Gogh colocando unos girasoles en un jarrón o Ramón Gaya pone en una de sus copas un puñado de perejil.

Si a las flores, árboles, ramas... se les escucha podemos decir que nos están hablando de algo, al menos de su silencio. 

Mimosas, escaramujos, ramas de arce, guindos, servales, hortensias, magnolios del Retiro, hayas... ¿dónde pararíamos?

Las adelfas son un ejemplo de humildes flores que al ser tan abundantes e inmunes nos pasan casi desapercibidas. 

Del mismo modo encontramos, casi imperceptiblemente, todas las formas y variedades de ciruelos y ciruelillos. El pastel de la gran rama de un ciruelo silvestre es un trabajo muy especial. Es una de las poquísimas pinturas no realizadas sobre papel. Por su formato muy grande (120 x 142 cm) está hecha sobre tabla de madera. Pero el trabajo sobre madera no permite fundir como en el papel los colores y la pintura se ralentiza mucho. 

© 2019 Javier Langa / Pasteles, todos sus derechos reservados
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